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Después de unos días oscuros, llenos de ruido y de miedo, este fin de semana todo han sido mensajes que anunciaban la primavera. Ya andaba tocando a la puerta, con sus azahares y sus pájaros revolucionados, pero llegaron más señales. Udo trasplantando el gran jazmín amarillo. La presencia en casa de un viejo amigo querido, con más silencios que palabras; y la llegada, inesperada, de unos amigos nuevos. Una cena a la luz de una luna, llena, llena. Los acordes de Erik Satie en el desayuno. La ribera de la dársena, la que mira a Triana entre palmeras, adornada con gente tomando el sol. La Alameda y su cuscus, dulce, a la sombra. Y Lidia Pujol. No se por qué pero hoy tenía ganas de oír a Lidia Pujol, la catalana con sangre malagueña que una noche de verano me enamoró en un baluarte de Cádiz. Por eso rescato su mensaje y su web. Una delicia, que, desgraciadamente, apenas podemos saborear en el sur…
Web de Lidia Pujol (merece la pena sólo por oír su banda sonora): http://www.lidiapujol.com/
Y una grabación maravillosa:
[…] serie de circunstancias que dieron sentido a un momento, son las que más me gustan. En estos “Mensajes de primavera” hay mucho más de lo que […]