Aunque en toda Andalucía el número de lobos no supera los 50-60 ejemplares, este animal, protegido desde hace un cuarto de siglo en esta comunidad autónoma, sigue despertando admiración y miedo a partes iguales. El gran depredador ha sido capaz, a lo largo de los siglos, de modificar nuestras costumbres, adaptándose él también a una implacable persecución. Ha impregnado con su presencia numerosas manifestaciones de la cultura popular, y todavía hoy muchos cuentos infantiles lo incorporan como personaje imprescindible.
Tratando de humanizar el debate, a veces demasiado ecologicista, en torno a la conservación de espacios y especies, siempre he buscado elementos que más allá de las razones estrictamente científicas aportaran una cierta calidez a la cuestión. Elementos que acercaran estas preocupaciones a ciudadanos alejados de planteamientos que sólo incorporan la mirada de la etología, la botánica o la zoología. Y precisamente el lobo es un buen ejemplo de cómo la conservación de una especie amenazada se puede vincular al universo de las Humanidades, revelando su importancia en la literatura popular y, sobre todo, en los cuentos de tradición oral. Y para establecer y documentar este vínculo llamé en su día a mi amigo Antonio Rodríguez Almodóvar, un hombre que ama la literatura desde la naturaleza (y viceversa).
«Pronto los perros barruntaron lobo, siguiendo rastros inequívocos y su ladrar se tornó más seco y profundo. De este modo fueron acorralando y cercando a poco más de media docena de ejemplares enflaquecidos que, sin dejar de disputarse la carne tan generosamente ofrecida, enseñaban los colmillos a los perros y les acometían. Tan cerca llegaron a estar unos de otros que no pudo evitarse el sacrificio de unos cuantos perros en la matanza general. Ésta fue atroz. Más de doscientos cartuchos se emplearon contra la exigua manada, que resultó literalmente descuartizada a tiro limpio, (…)». Así describe Antonio Rodríguez Almodóvar, en su relato Un lugar parecido al paraíso, una cacería de lobos, que él sitúa en algún lugar de una serranía andaluza, en la década de los cincuenta.
Rodríguez Almodóvar, conocido por sus estudios y recopilaciones de cuentos de tradición oral, me contó cómo había escuchado, por boca de viejos aldeanos, la forma en la que el lobo era combatido, «de una manera institucional y socializada». «Es reveladora, en este sentido, la figura del lobero, un hombre que por cuenta propia se encargaba de cazar a estos animales y después cobraba una recompensa. Viajaba por los pueblos exhibiendo la cabeza de los ejemplares abatidos, si eran machos, y el cuerpo completo si se trataba de una hembra, porque entonces la recompensa era mayor».
Algunos de estos elementos aparecen en un cuento popular andaluz, conocido como Los animales miedosos. En él, un grupo de animales, abandonados por sus dueños, terminan refugiándose en una cabaña del bosque que no es otra que la casa de los lobos, a los que hacen huir enseñándoles las cabezas de lobo que han ido recogiendo por el camino y que son el despojo de cacerías y batidas.
Sostiene Rodríguez Almodóvar una particular teoría para explicar la saña con que fueron perseguidos estos animales a partir de los años cuarenta: «Durante la posguerra las cacerías de lobos se convirtieron en una fórmula para descargar la agresividad contenida. La cruzada contra el mal, que para algunos significó la guerra civil, se prolongó terminada ésta al exterminio de las alimañas. Inconscientemente, la persecución del lobo era una secuela de la guerra».
Si en la cultura popular andaluza el lobo despierta, aún a niveles subconscientes, cierto temor, no ha encontrado Rodríguez Almodóvar sentimientos de miedo hacia este animal en los cuentos. «En la cuentística», me explicó Antonio, «el lobo funciona como un arquetipo. Representa al macho bravucón, fanfarrón y torpe. Son muy abundantes, y yo he llegado a recopilar más de veinte en Andalucía, los cuentos de lobos y zorras, cuentos muy graciosos en los que el lobo es fuerte y tonto, y la zorra débil y lista. A través de estos relatos se nos presenta el paradigma de la lucha hombre-mujer dentro de los matrimonios campesinos. No existe, por tanto, el cuento de miedo con lobos».
La web oficial de Antonio Rodríguez Almodóvar: http://www.aralmodovar.es/
El lobo cumple un cuarto de siglo como especie protegida en Andalucía: http://www.efeverde.com/esl/contenidos/noticias/29-mayo-2011-11-51-00-el-lobo-cumple-un-cuarto-siglo-como-especie-protegida-en-andalucia
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