
Economía para todos los públicos. Juan Torres imparte una charla en plena calle, invitado por el 15M, en el municipio sevillano de Gines.
Nunca hemos dispuesto de medios de comunicación tan poderosos. Herramientas que caben en la palma de una mano y que son capaces de conectarnos con millones de fuentes y documentos. Foros, virtuales, en los que podemos debatir y contrastar nuestros puntos de vista con ciudadanos de todo el planeta. Y, sin embargo, seguimos siendo tan vulnerables al engaño y la manipulación como nuestros padres o nuestros abuelos.
Nos tratan de convencer de que los culpables de esta crisis somos, en gran medida, nosotros, los trabajadores, los que hemos vivido “por encima de nuestras posibilidades”. Nos aseguran que sólo con planes extremos de austeridad conseguiremos escapar del desastre. Asistimos, paralizados, a la demolición del Estado del Bienestar, a la pérdida de derechos básicos, al cuestionamiento de las libertades esenciales. Y es mejor, nos dicen, no armar mucho ruido, no protestar ante estos atropellos, porque entonces se daña la “marca España” y, en definitiva, ¿de qué sirve criticar la única medicina, amarga, con la que podremos sobrevivir?
¿Seguro que no hay otra manera de escapar al desastre? ¿Seguro que no nos están engañando?
El video que podéis ver al final de este post es sólo una pequeña muestra de esa otra manera de enfrentarse a la crisis. Un pequeño resumen de la intervención, magistral como siempre, de Juan Torres, hace muy pocos días, en Canal Sur Televisión. Sí, en una televisión pública, en una televisión autonómica, de esas que muchos quisieran ver privatizadas y que no pocos critican, de manera desproporcionada, con el atrevimiento y la ligereza propia de los ignorantes (https://elgatoeneljazmin.wordpress.com/2012/09/03/mierda-en-television/).
Juan Torres no es un indocumentado, no es un “antisistema”, no lleva rastas y una camiseta de Iron Maiden (con todos mis respetos por las rastas y las camisetas de Iron Maiden), ni quema papeleras ni escupe a los antidisturbios. Es cierto que él mismo acepta ser un villano, pero advierte que nunca podrán tacharlo de ignorante. Juan Torres es catedrático de Economía Aplicada y cuando habla, y cuando lo escucho, me devuelve la esperanza, aunque el camino que nos señala sea un camino muy difícil porque cuando los que quieren engañarnos no lo consiguen suelen tener la tentación de acudir al palo y tentetieso…
La web (Ganas de escribir) de Juan Torres: http://juantorreslopez.com/
Su curiosa colección de grafitis comentados: http://colecciondegrafitis.blogspot.com.es/
Ayer tuve la oportunidad de seguir en ese mismo programa de Canal Sur las declaraciones de Julio Anguita sobre el sistema actual y el estado de bienestar y, al igual que Juan Torres, se lanzaba un mensaje en el que la ciudadanía era la que debía ponerse las pilas para buscar también soluciones a los problemas y no estar solo a la espera de que nos llueva el «maná». Cierto que Anguita, en su filosofía particular de ver la vida, algo que comparto en gran medida, proponía acciones no agresivas, pues entre otras cosas esas dan lugar a que el «poder» establecido, sea el que sea, contra-reaccione y genere una inestabilidad aún mayor que en nada beneficia a los que estamos en medio, solo a los dos extremos y sus correspondientes «chupopteros», que también los hay..
Algunos estamos intentando aportar soluciones y en breve es muy posible que a través de este medio, si a José María le pareciera bien, os indique lo que estamos intentando poner en marcha para paliar modestamente la angustia en alguna parcela que tenemos cerca. Saludos
Cualquier iniciativa que venga de tu mano es bienvenida en este rincón virtual donde, además, si podemos echar un cable… lo echamos. Un abrazo.
Madre mía, y cómo hacemos para que muchos «villanos» como este que nos presentás acá reemplacen a la manga de inútiles (dicho esto con todo respeto y desde la más absoluta bondad) que gobiernan este país!!!
Es verdad, somos los ciudadanos los que tenemos que ponernos las pilas, y cuidar las pequeñas parcelas que tenemos cerca. Pero no es menos verdad que el todo no es igual a la suma de sus partes, y también hace falta organización para parar todo este despropósito. Yo vengo de un país con un nombre de mentira (mirá que llamarnos Argentum… si no tenemos ni un mango partido por la mitad), al que una banda de ladrones bien aleccionados destruyeron y del que ya no queda más que la melancolía de lo que fue o podría haber sido (aunque se empeñen en contar milongas for export). Todavía se está a tiempo acá de darle la vuelta a la tortilla. Pero claro, si no nos apuramos, se nos va a quemar… Monti, como siempre un placer leerte
Como siempre, Martina, un placer que estés, que estéis, al otro lado de la pantalla. Lo triste de todo este despropósito es que, al final, el estallido va a ser incontrolable, caótico, y sus resultados, por tanto, impredecibles y, seguramente, tan dolorosos como la «hinchazón» previa. Lo he escrito varias veces, pero no me resisto a recordar el proverbio zen: «Tensa un arco hasta su límite… y te arrepentirás». Besos, amiga.