
¿Tienen miedo? ¿Les preocupa no saber nadar? ¿Les incomoda el tamaño de la piscina? ¿Necesitan algo más para divertirse?
El sábado pasamos una mañana fabulosa en A pie de calle. Allí impartí, para un grupo de amig@s, animosos y benevolentes, un sencillo taller sobre Ciencia, Arte y Redes Sociales, una extraña mezcla que nació de mi atrevimiento (sin límites) y del reto que me planteó mi amiga Charo Corrales (el alma de A pie de calle). Como suponía, sobre todo a la vista del alumnado, no hubo dificultad alguna para mezclar el bizcocho casero que nos había cocinado Charo (así se empieza un taller con clase) y la alta tecnología móvil que estábamos dispuestos a domar en unas cuantas horas. Pudimos mezclar, con soltura, la seriedad y la risa; la teoría y la práctica; Instagram y Twitter; la Ciencia y el Arte (aunque creo que, al final, hubo más de lo segundo…).
Para resumir lo que allí ocurrió no se me ocurre nada mejor que rescatar cinco citas que me sirvieron, en el inicio del taller, para situar cinco ideas sobre las que ir apuntalando todo el material que venía después. Sólo cinco principios para saber quiénes somos y qué buscamos…
1.- Somos principiantes.
“A la mente del principiante se le presentan muchas posibilidades; a la del experto, pocas” (Shunryu Suzuky, Mente Zen, Mente de Principiante).
2.- Trabajar con restricciones estimula la creatividad.
“Cuando se le fuerza a trabajar dentro de unos límites muy estrictos, se puede sacar el mayor partido de la imaginación” (T.S. Eliot)
3.- Alcanzar la simplicidad es el objetivo (aunque no es fácil).
“Hay que hacerlo todo lo más simple posible, pero no más simple que eso” (Albert Einstein)
4.- La historia es más importante que los datos.
“Nuestro cerebro está construido para contar y escuchar historias, todos nacemos siendo auténticos cuentacuentos (y auténticos escuchacuentos)” (Garr Reynolds)
5.- ¿En dónde está la verdadera fuerza de la imagen?
“Muchos fotógrafos piensan que si compran una cámara mejor serán capaces de hacer mejores fotos. Una cámara mejor no hará nada por ti si no hay nada en tu cabeza o en tu corazón” (Arnold Newman)
Y luego, cuando se disiparon todas las ideas y se apagaron todas las palabras, nos perdimos por las calles de Triana a descorchar botellas de Barbazul…
¡Lo que me estoy perdiendo por no vivir en Sevilla! ¡Y lo que estoy ganando viviendo en Málaga! En fin, a disfrutar que son tres días y no sabemos cómo va el parte meteorológico. 😉
La felicidad se aprecia en la sencillez de una sonrisa, en el brillo de los ojos, en un «gracias» y un «te quiero», pero solemos complicarnos la vida demasiado y, por eso estamos tan tristes. Me gustaría haber participado en el «taller», sobre todo a la hora del «bollo»,jejeje. Un abrazo y enhorabuena por las tan instructivas manifestaciones humanas que nos deparas.
Siempre es un placer leerte, Monti!
[…] la mente del experto no cabe un alfiler. No hay sitio para la sorpresa ni para el atrevimiento. Todo está perfectamente […]
[…] De manera casual, en una de esos ratos en los que me gusta vagabundear por las estanterías de una librería, encontré “Presentación Zen”, de Garr Reynolds, un manual atípico que me hizo reconsiderar mi manera de dictar una conferencia, mi manera de diseñar una diapositiva y, en definitiva, mi manera de usar el inflexible PowerPoint. Por cierto, que algunas de las ideas que Reynolds me inoculó aparecen en este blog, porque las usé, a plena satisfacción, en cursos a los que le tengo especial cariño, como el de Ciencia, Arte y Redes Sociales. […]
[…] Abran paso, llegan los niños (y las niñas, cuidado…). […]