¿Qué se necesita para ser un buen periodista ambiental? Pues lo primero que se necesita es ser un buen periodista. Y punto. La formación en cuestiones especializadas, como el problema del cambio climático o la conservación de la biodiversidad, se puede adquirir, con más o menos facilidad y acierto, en el momento en que se necesite, pero los valores que deben inspirar nuestra actividad como periodistas deben estar presentes desde el mismo instante en que somos periodistas y, si me apuráis, desde el mismo momento en que sentimos la vocación por este oficio de locos.
En el Seminario Internacional de Periodismo y Medio Ambiente (www.sipma.es), cuya decimocuarta edición clausuramos hace pocos días, tenemos muy presente esta preocupación por los valores que deben inspirar el trabajo de los periodistas, y por eso venimos invitando a ponentes que, más allá del universo de lo ambiental, sean capaces de revelarnos, en su quehacer diario, ese conjunto de valores.
Miguel Ángel Aguilar (1) , un periodista que estudió Física o un físico que se hizo periodista, ha sido este año el portavoz de los comunicadores comprometidos. Su ponencia, alejada de convencionalismos, fue la de un periodista pegado a la realidad; la de un periodista que mira al mundo que le rodea y tratar de entenderlo, y contarlo, tal cual, sin artificios ni trampas. Miguel Ángel representaba este año en SIPMA el periodismo de autor, que es, en definitiva, el verdadero periodismo.
Para su presentación tiré de hemeroteca y recordé una de sus conferencias, la que en 1997 dictó en el II Congreso Nacional de Periodismo Ambiental, en la que formuló su poco conocida, pero imprescindible y desternillante, ley de la gravitación informativa, con la que cualquiera puede calcular qué cantidad de noticia se encierra en un hecho, en cualquier hecho. Es decir, la ciencia, por fin, aplicada al Periodismo.
De esta manera formuló Miguel Ángel Aguilar su ley de la gravitación informativa en noviembre de 1997, tal y como quedó reflejado en las grabaciones de aquel Congreso (en las que el discurso de Miguel Ángel, todo hay que decirlo, se ve continuamente interrumpido por las risas de los asistentes):
<<La ley de la gravitación informativa permitirá resolver eso que en ninguno de los manuales que vengo consultando he podido aclarar: ¿Qué es una noticia? O, si prefieren ustedes, ¿qué cantidad de noticia se encierra en un hecho?
Voy rápidamente a pintar, a dibujar mi ley. La noticiabilidad de un hecho es igual a I, que es el coeficiente de improbabilidad. En adelante I = 1 partido por P (I =1/P), donde P es la probabilidad de un hecho. Como saben ustedes la probabilidad es el cociente entre el número de sucesos favorables y el número de sucesos posibles. Coeficiente de improbabilidad, o, si ustedes quieren, de extravagancia, de carácter insólito. Pero I es también directamente proporcional a los intereses afectados en el lugar de los hechos (Ah), a los intereses afectados en el lugar donde se encuentra el centro editor o emisor. Y dividido por la distancia que separa el lugar de los hechos del lugar del centro editor al cuadrado.
Esta fórmula devolvería o dotaría al periodismo español de una enorme ventaja comparativa. Yo me he esforzado por difundirla, hasta ahora con escaso éxito. Incluso he conseguido publicarla en inglés en una revista de la Universidad de Columbia, pero ni así. Y eso que las cosas que se publican en inglés adquieren una condición de veracidad muchas veces ya blindada. De todas maneras, el tiempo, como sucedió con D. Santiago Ramón y Cajal, espero que me haga justicia.
[…] El problema es qué es noticia. Y no hay un criterio. Los manuales sólo dicen aquello de “noticia es lo que merece ser publicado”, pero al mismo tiempo todo lo que merece ser publicado es noticia… Es decir, son tautologías que no encierran ningún conocimiento. Los periodistas, pues, se miran unos a otros, se llaman por teléfono, se escuchan… A ver qué ha dicho la SER, a ver qué ha dicho la Pirenaica, a ver qué ha dicho la COPE, a ver qué han dicho los obispos, a ver de qué van los ciegos, a ver por donde sale el grupo hegemónico que nos amenaza con el monopolio, es decir, Polanco… Y todos intentan, mirándose de reojo, no quedar descolocados, y acaban abriendo sus informativos con cuestiones que claramente no cumplen, o aportan escasísimo valor noticioso, en lugar de desentrañar el valor noticioso del acontecimiento aplicando esa sencilla fórmula matemática que permitiría establecer las prioridades informativas de día.
Conforme a esta fórmula contaré una anécdota. Yo dirigía un informativo en Tele 5 que se llamaba “Entre hoy y mañana” y que nosotros llamábamos “Entre hoy y pasado” porque se hacía entre las 3 y las 3:30 de la madrugada, pero nunca con hora fija. Despachaba con Luis Mariñas, director de los Informativos y director del informativo de las 20:30 h., y le daba cuenta de cuál era la escaleta, el sumario de mi programa, sobre las 21 h., cuando él terminaba el suyo. Un día comparezco con mi escaleta, me mira sorprendido y me dice: “Miguel Ángel, pero no está aquí…”, precisamente el asunto con el que él había abierto su informativo, el asunto con el que habían abierto todos los informativos de las 20:30 h., todas las radios y todas las televisiones. Era el inicio del proceso en Sevilla por el asunto del duque de Feria, aquel asunto de corrupción de menores. “Pero no hablas de lo del duque de Feria”, me dijo. Y yo le pinté mi fórmula y le dije: “No es noticia. No es improbable que a un duque le gusten los menores. El número de afectados en Sevilla es mínimo. En Madrid no hay afectados y la distancia es grande aunque haya sido en parte atenuada por el AVE. De manera que esto no es noticia”. Luis Mariñas quedó desconcertado. Yo abrí el informativo con Yeltsin, que había cogido una cogorza de graves resultados políticos e internacionales, y añadí como coletilla: “Para todos los espectadores de Tele 5 que sigan interesados en el caso del duque de Feria, les rogamos que, desde ahora mismo, cambien de canal”.
Estas cosas se podían hacer desde la garantía absoluta de que nadie, entre la cúpula de Tele 5, veía un informativo a las 3 de la mañana>>.
P.D.: Miguel Ángel ha prometido enviarme su libro “Sobre las leyes de la Física y el Periodismo”, del que asegura que no se han vendido más allá de doce ejemplares, pero que yo estoy ansioso por leer…
(1) Miguel Ángel Aguilar en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel_Aguilar