Mi amigo Pepe me ha enviado una fotografía de cuando era pequeño. Se le ve feliz, caminando junto a un borrico en el que alguien va subido, acompañándolo en su paseo. Se ven retazos de un paisaje rústico, con algunas viñas al fondo y un tono sepia que uno no sabe si ya estaba en aquel escenario o lo ha puesto en el papel el paso del tiempo. Su mano apoyada en el lomo del jumento. Un camino de tierra. Unas botas katiuskas. Un pantalón manchado de barro. Un sol de invierno,…y poco más.
Después Pepe me ha escrito para decirme que esa foto es muy especial porque en ella habita la memoria de un rio, y de unas culebras, y de un primo mayor que él, y de su abuelo, y de unos perros, y de los almendros, y de su padre (un excelentísimo fotógrafo), y…
Todos tenemos en casa alguna de estas fotos en las que se esconden muchas más cosas de las que se ven. Otro amigo, al que visitaré este verano, le llama a este fenómeno el “interser” y lo explica muy bien en este párrafo que copio de uno de sus libros:
“Si eres un poeta podrás ver sin dificultad la nube que flota en esta página. Sin nubes no hay lluvia, sin lluvia los arboles no crecen y sin árboles no se puede fabricar papel. Las nubes son imprescindibles para fabricar papel. Si no hubiera una nube tampoco habría una página, de modo que podemos afirmar que la nube y el papel interson. Interser es un término que todavía no está en el diccionario. Si combinamos el prefijo inter y el verbo ser obtendremos este neologismo: interser.
Contemplemos de nuevo la página con más intensidad y podremos ver la luz del sol en ella. Sin luz los bosques no crecen. En realidad, sin la luz solar no crece nada, así que podemos afirmar que ella también está en esta página. La página y la luz solar interson. Si seguimos mirándola podemos ver al leñador que taló el árbol y lo llevó a la factoría para que lo transformaran en papel. Y veremos el trigo, y por lo tanto el trigo que más tarde será su pan, el pan del leñador, también está en la cuartilla. A su vez están el padre y la madre del leñador. Mirémosla bien y comprenderemos que sin todas esas cosas la página no existiría.
Si contemplamos aún con mayor profundidad podemos vernos a nosotros mismos en esta página. No resulta un proceso muy difícil porque mientras la miramos forma parte de nuestra percepción. Vuestra mente y la mía están ahí. No falta nada, están el tiempo, el espacio, la tierra, la lluvia, los minerales y el suelo, la luz solar, las nubes, los ríos, el calor. Todo coexiste en esta página. Por eso considero que la palabra interser debería estar en el diccionario. Ser es interser. Sencillamente, es imposible que seamos de forma aislada si no intersomos. Debemos interser con el resto de las cosas. Esta página es porque, a su vez, todas las demás cosas son”.
Mi amigo se llama Thich Nhat Hanh y es un viejo monje budista al que podéis encontrar en sus muchos libros y también en Francia, en su hermosa comunidad zen de Plum Village (http://www.plumvillage.org/).
[…] (La muerte es una ilusión, Thich Nhat Hanh) […]
[…] que en este océano virtual además de ruido hay música. Hoy me has recordado el precioso texto de Thich Nhat Hanh dedicado a explicar el concepto de “interser” (o como dice Haskell: “No existe el […]