El recorte, que aún conservo, ha adquirido con el paso de los años un elegante tono sepia. El contenido, al que hace referencia, ha virado, sin embargo, hacia un negro en el que resulta cada vez más difícil adivinar algún atisbo de esperanza.
El domingo 17 de octubre de 1976 el diario El País anunciaba de manera rotunda: “El clima mundial va a cambiar”. La noticia reunía las evidencias científicas que ya entonces, hace más de 35 años, sostenían la certeza de que las emisiones de gases de efecto invernadero terminarían por causar una auténtica catástrofe climática.
Han pasado 35 años de aquella noticia, y aún hay quien dice que los medios de comunicación hemos empezado a hablar de cambio climático demasiado tarde. Que este es un problema que se ocultó a la opinión pública hasta que Al Gore estrenó su verdad incómoda. Que lo del cambio climático es una moda pasajera, como lo fueron las vacas locas, los pollos con dioxinas o la gripe A.
Mi recorte ya pinta en sepia, y el futuro, que estos días se baraja en Durban, pinta muy, pero que muy negro.
Y mientras tanto, ¿qué hacen ahora, 35 años después de aquella noticia, los medios de comunicación? ¿Ha crecido la atención de la prensa mundial en paralelo a la gravedad del problema? ¿El cambio climático ocupa el espacio y la atención que merece? El sorprendente, y frustrante, comportamiento de los medios de comunicación nos lo revela Pepe Larios en su magnífico blog (http://calentamientoglobalclima.org/2011/01/04/cae-la-cobertura-de-los-medios-sobre-calentamiento-globalcambio-climatico/), del que tomo prestado, a modo de contundente titular, este gráfico.
Cuesta abajo… y sin frenos.
Mi querido amigo, sacas hoy un tema que me apasiona debido a que forma parte de mi profesión, y que me entusiasma como ambientalista que me siento, pero que también me inquieta por la fácil manipulación a que puede estar sometido, al ser un tema muy emocional y con el que se puede influir fácilmente las conciencias.
En el deseo de no ocuparte demasiado espacio, solo voy a dejar tres imputs que marcan mi estado de opinión: 1º El IPPC(Panel Intergubernamental del Cambio Climático) ha rebajado sus apreciaciones de 2002 en las que marcaba numerosos escenarios de riesgo para el año 2050, debido al cambio climático, al no ser sostenible, científicamente, las posibles causas, pues la simple erupción de volcanes pudieran cambiar los escenarios, por ejemplo. 2º las industrias y multinacionales que operan al amparo del necesario cambio de modelo energético, son las mismas o parecidas a las que han venido defendiendo el uso de combustible derivados del petróleo en estas últimas décadas, movidas solo por un interés comercial, y ya existen planes sobre el reparto del escenario energético en el planeta que deberá ser optimizado en el futuro inmediato (entiéndase por optimizado el quitar y poner dictadores en África y Cono Sur, generar guerras y conflictos donde interese, etc.) . 3º, los gobiernos que respaldan estas iniciativas ambientalistas de gran calado se mueven por intereses concretos que, bien pudieran estar ligados con el punto dos, o, en caso de no ser países con influencia relevante, solo se aprecia el manejo de voluntades para conseguir votos de los sectores sensibles al problema, con todo lo que ello conlleva.
Dicho esto, ¿significa que no debemos ser sensibles y promover actuaciones contra todo aquello que degrada al Planeta y la calidad de vida de sus habitantes? Evidentemente no, pero hay que hacerlo con la profesionalización debida y pulcritud científica necesaria, algo que no es fácil de conseguir, por razones obvias y que quizás explique el aparente desinterés de los medios de prensa por el tema. Evidentemente son pensamientos personales, dichos desde la humildad y que no pretenden sentar cátedra. Un abrazo
[…] por ejemplo, con qué asombro hablan algunos colegas de los efectos del cambio climático, cuando el diario El País ya informaba con detalle de esta cuestión en 1976; la alarma que desata el virus del Nilo, presente en las marismas del Guadalquivir desde hace […]